viernes, abril 21, 2017

EDITH LAGOS

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miércoles, abril 05, 2017

5 DE ABRIL, LA MAS GRANDE ESTAFA POLÍTICA


Eran aproximadamente las 10 y 30 de la noche de aquel  domingo 5 de abril de 1992 y mientras disfrutaba de una película tranquilamente en casa (me parece una de Arnold Schwarzenegger),  se cortó abruptamente la transmisión y el entonces Presidente Alberto Fujimori apareció en pantalla para dar un discurso a la nación. Me parecía que iba a ser alguna aparición mas de las tantas intrascendentes que hacía, donde despotricaba del Congreso o del Poder Judicial, pero como unos 10 días antes habían saltado la denuncia que su cónyuge Susana Higushi había hecho contra sus hermanos por apropiarse de ropa donada por Japón, pues pensé que iba aclarar el asunto. Nada mas lejos de la realidad, anunció muchas medidas que en mi inocencia creí que no pasarían, ya que eran inconstitucionales y pensé que solitas se caerían, pero cuando pasaron los minutos y sintonicé algunas radios, la palabra “autogolpe” empezó a escucharse hasta que fueron calladas las emisoras de una en una.

Han pasado 25 años de aquella noche y vemos que todo fue una trama muy planificada con antelación cuya finalidad no tenía nada que ver con lo que pregonaban.

miércoles, febrero 08, 2017

UNA HISTORIA EN LONDRES...Y OTRA EN TRIPOLI (Como Gadafi llegó al poder y la estrategia para sus primeras accciones)

En un viejo barrio de Londres, cuatro jóvenes llegan al club de los "Ambassadeurs", frecuentado como restaurant famoso y también como sala de juego en el piso superior. Después de cenar, los jòvenes, que disfrutaban de una de sus raras noches de permiso durante su estancia en los mejores campos de instrucción del ejercito británico, subieron al primer piso para observar el espectáculo. El mas joven, extraño y robusto, se acercó a una de las mesas de juego y señalando a uno de los jugadores le dijo a su amigo: "He visto a ese hombre en alguna parte, ¿Quien es? ¿Y con quien juega?". El hombre al que había reconocido, jugaba con pasión fuertes cantidades con un armador griego, al punto que en una hora perdió medio millón de dólares de aquella época. Finalmente el joven árabe consiguió identificarlo: era el consejero personal del rey Idriss. El soldado se quedo helado, convertido en estatua rígida, sin asimilar lo que véia a dos metros, aquellas manos, aquellos billetes, aquella embriaguez del juego, aquel vértigo. Su compañero (el jeque Ahmed al Abah de Omán, quien es el que cuenta la historia), quiso arrancarlo de allí, a que tome aire, pero el se negó diciéndole en voz baja:"Deja que siga observando...¡¡¡Mira lo que hacen con todo el oro que nos roban!!!". En aquel momento el capitán Muamar el Gadafi sintió sobre su hombro la mano del destino. Regresó al reino de Idriss y a su tienda militar, dedicando largas horas a la lectura y a prepararse para seguir sin vacilaciones lo que le inspiraría el profeta Mahoma.
Ya en Trìpoli, luego de haber tenido a cargo la guardia que rendiría honores a los invitados del rey Idriss durante la inauguración del mas moderno oleoducto de Africa del norte, ceremonia con Cadillacs, Rolls-Royces, bufete abierto, champagne francés, obsequios recíprocos y encantadoras azafatas venidas ex profeso de Italia, Gadafi reúne a sus mas íntimos compañeros de armas y toman la decisión: en la próxima ocasión que se presente...
El 1 de Septiembre de 1969, hallándose el rey y su corte en Turquía, Gadafi, de solo 27 años, lanza la orden de apoderarse de los puestos de mando esenciales, de los ministerios, de las administraciones claves, de la central eléctrica de Trípoli y de los generales que opusieran resistencia. No hubo ninguna, todo terminó en pocas horas. Al amanecer anuncia el destronamiento del rey y la abolición de su régimen. Nombra un Consejo de la Revolución que el preside y es ayudado por su mas íntimo amigo, el Comandante Abdesalam Jalud, precioso aliado, que conoce perfectamente como se mueven las palancas del poder y con buenas relaciones en la clase dirigente de los medios libios y occidentales.
Después de consultar con Jalud, lanza su gran operación: Intima publicamente al ejército norteamericano para que evacúe sin dilación la base aérea de Wheelus Airfield y que todos sus hombres abandonen el país. El suspenso es enorme, nadie cree en la capitulación de América. Por lo demás, la base es inexpugnable y la Sexta Flota navegaba ya hacia la costa libia. Mientras, el rey de Arabia recibe en Riad a un enviado del rey Idriss, quien solicita el consejo y el apoyo para recuperar el trono. Faisal responde "Que no se inquiete demasiado. Pronto podrá volver. Al atacar a los norteamericanos, estos jóvenes han ido muy lejos". Pero esta vez Faisal se equivoca. Las profundas heridas abiertas en el corazón de los pueblos árabes y el odio a Occidente, marcaron a los libios como a los demás. La cólera popular, las manifestaciones multitudinarias en las calles, el avance de hombres, mujeres y niños en dirección a la base de Wheelus Airfield, no engañaban. En 1970 ya no se podía recurrir a la intriga o a la fuerza salvo exponiéndose a graves peligros. Los expertos del Departamento de Estado escuchan a su lider James Akins y siguiendo sus apremiantes consejos, la Casa Blanca da la orden de desocupar la base milkitar de Libia...esperando salvar el petróleo. Dos semanas mas, unas cuantas algaradas y el gobierno británico siguió, a regañadientas, el ejemplo. Gadafi había ganado y dió las gracias, humildemente y en público, a Mahoma, el profeta y a Nasser, su inspirador.
El mundo árabe contempló, estupefacto y admirado, aquella conmoción, aunque un poco escéptico en lo tocante a la prueba de fuerza que habría de producirse inevitablemente con otros adversarios mas temibles: las grandes Compañías. ¿Cuando se romperá la cabeza el joven Gadafi contra aquel bloque? Y asi estuvo a punto de ocurrir.
Efectivamente, no queriendo frenar un instante el ritmo de los acontecimientos, Gadafi le confió a Jalud que iba a anunciar la nacionalización inmediata de todas la empresas petroleras instaladas en Libia. Jalud calculó el peligro y tuvo la osadía de oponerse al joven Bonaparte del desierto. Lo hizo largamente, con palabras precisas, explicándole todo lo que había aprendido, en las recepciones y en los banquetes, sobre la naturaleza del poder económico moderno y sus diferencias esenciales con el falso poderío militar. Gadafi no se enfadó, escuchó, queria aprender. Jalud le dijo: "Si nacionalizas las compañías, te expones a perderlo todo, a un boicot que nos paralizaría, ya que todas las compañías actúan solidariamente. Te expones al cierre de los pozos, al paro de las instalaciones de bombeo y de transporte, al corte de las redes comerciales y de distribución y no tenemos a un técnico capáz de echar mano. Te expones a la ruina. Es lo que ellos esperan". Gadafi le dice: "Entonces, ¿que propones?". Jalud responde "No te apoderes de las compañías, de nada te servirá, solo tendrías unas construcciones vacías y unos pozos inutilizables. Tu quieres su dinero. Todo empezó por aqui, cuando ellos decidieron sin consulta, rebajar el precio fijado, ya irrisorio, del barril de petróleo. Tu misión es doblegarles en ese punto crucial, después todo vendrá solo...". Gadafi responde rápidamente: "Entonces, lo anunciamos". Jalud replica: "¡Ni pensarlo! Si atacas al conjunto de las compañias instaladas en Libia, la respuesta será una negativa inmediata y solidaria. Tienen medios para prescindir del petróleo libio por mucho tiempo. Debes atacar a una sola, conseguir que firme, aunque sea ella sola, un nuevo contrato elevando el precio, por ejemplo en cincuenta centavos el barril. Sería suficiente, un gran triunfo".
El plan es aprobado, Gadafi, Jalud y algunos consejeros analizan la lista de compañías que trabajan en Libia. Una de ellas tiene, como único campo petrolífero en el Oriente Medio, una concesión discutida, vulnerable en Libia. Es la "Occidental Petroleum Company", la compañía de Armand Hammer. El representante de la Oxy recibe el ultimátum dirigido a su patrón: ó acepta los términos de un nuevo contrato y el aumento en cincuenta céntimos en el precio del barril ó Libia cerrará sus instalaciones sin tocar a las otras compañías. Hammer, el tigre que, cincuenta años atrás había seducido a Lenin proporcionándole medicamentos y comestibles a su pueblo cercado y que luego había hecho fortuna en la Unión Soviética antes de incursionar en el negocio petrolero, se encuentra como un rehén aislado. Nadie se compadece de él. Es detestado por sus colegas, a los que no se priva de despreciar abiertamente. Su aislamiento lo condena, pero como nada tiene de ingenuo, sabía que esto iba a ocurrir. Tarda poco en comprenderlo. Y firma. Ya sabrá sacar provecho de ello.
En un plazo de quince días, los demás explotadores "independientes" en Libia, fulminados por la capitulación del tigre, firmarán a su vez. Y antes de que pase un mes, se inclinan las grande compañías.
El 14 de Septiembre de 1970, un país árabe impuso de este modo, por primera vez, el aumento del precio a todo el sistema petrolero del mundo occidental. Despues de diez años de inmovilidad, quedaba abierto de par en par, el camino para la OPEP.
(Resumen propio del libro de Jean-Jacques Servan-Schreiner, "El Desafio Mundial")

martes, febrero 07, 2017

LOS PRIMEROS DIEZ DÍAS DE TRUMP

Cuando un gobierno llega el poder, lo usual es darle los primeros cien días de gracia para hacer una evaluación inicial. Se considera un tiempo prudente, ya que menos tiempo sería muy poco lo que pudiese mostrar y más ya excederíamos el tiempo de gracia que se les suele dar. Sin embargo, la irrupción de Trump en la presidencia de EEUU ha estado colmada de tantos acontecimientos que si evaluamos los primeros diez días ya podemos avizorar muchas cosas de su naciente gestión.

Obviamente que estos agitados días, a pesar de su trascendencia, no tienen punto de comparación con aquellos conmovedores días previos a la revolución rusa de 1917, hace un siglo exactamente, eventos cuyas consecuencias trascendieron durante casi todo el siglo XX y que John Reed inmortalizó en su obra “Los diez días que estremecieron al mundo” (1).

Para empezar diremos que muchas de las acciones observadas en estos diez días ya se preveían antes, ya que fueron anunciadas con mucho ímpetu en su campaña. Aunque luego de su triunfo electoral lanzó un discurso moderado que hizo pensar en otra cosa, de inmediato empezó la formación de su gabinete , incluyendo a puros “halcones” y ultraconservadores en las diferentes secretarías (2). Su investidura del 20 de enero fue más de lo mismo, brindó un esquema proteccionista y nacionalista (“America first”), adoptando más la posición de un candidato enérgico y apasionado que la moderación que se le exige a un presidente, repitiendo muchas de sus feroces arengas de campaña.

Uno de sus primeros actos fue iniciar el desmantelamiento del Obamacare con miras a preparar la derogatoria de su ley. Luego dictó directivas para frenar las medidas que la administración Obama había tomado para luchar contra el cambio climático, principalmente en lo concerniente a la reducción de las emisiones de gases con efecto invernadero, dando así barra libre al lobby petrolero. Aunque ambas acciones pueden considerarse como simbólicas, auguran la dirección que tendrá la administración en estos sectores. La eliminación de la web en español de la Casa Blanca también se entendió como un mensaje que su política anti inmigratoria va en serio. La convocatoria a una reunión en la Casa Blanca tanto a la primer ministra británica Theresa May y al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu avizoran que su política exterior se cimentara sobre estas alianzas, con Gran Bretaña, que necesita ayuda para afrontar el  Brexit de la Unión Europa y con Israel, apoyando políticas más agresivas de Tel Aviv. Los efectos en este último país no se hicieron esperar, el Ayuntamiento de Jerusalén aprobó la construcción de más casas en los territorios ocupados por Israel, construcciones que estaban detenidas por presiones de la Administración Obama. Demás esta recordar que en el pasado, tanto Trump como su yerno y el  nuevo embajador de EE.UU. en Israel donaron dinero para la construcción de más colonias en Cisjordania.

El lunes 23 continuo desmontando el legado de Obama, al anunciar ante líderes empresariales, el retiro de EE.UU. del Acuerdo Transpacífico o TPP. Si bien es cierto este acuerdo estaba condenado de antemano, pues Obama no pudo lograr su ratificación por el Congreso, Hilary también lo cuestionaba y con mucha mayor razón Bernie Sanders, muchos republicanos consideran que es un error no ratificarlo ya que eso significa perder una posición estratégica en la región  Asia-Pacífico.  Sin embargo esta decisión va a tono con la tan mentada guerra comercial que planea hacer Trump con China, aunque analizando lo que esto traería, el retiro de EE.UU. del TPP más parece que va a favorecer a China, que es hacia donde están mirando ahora los países firmantes.

La crisis diplomática que generó con México fue uno de los eventos que más cobertura mediática mereció y que ocasionó que Peña Nieto suspenda su anunciada visita a la Casa Blanca programada para el 31 de Enero. El tema fue la construcción del tan mentado muro, que Trump insistió que debe ser pagado por México y que el presidente mexicano rechazó de plano. Lógicamente que construir el muro y pasarle la factura a México no es factible bajo ningún término. El Secretario de Prensa de la Casa Blanca adelantó que gravarían con un impuesto de 20% a las importaciones mexicanas. Esto es una idea que no tiene ni pies ni cabeza, y hasta un estudiante de primer ciclo de economía lo sabe, ya que quien paga los aranceles es el importador, en este caso la empresa estadounidense, quien para recuperar ese pago no le quedará más remedio que trasladar ese costo al producto final, siendo al final el consumidor americano el que cargue con ello. Este tema fue motivo para un artículo en su columna del NYT de Paul Krugman, Nobel de Economia, quien dijo que “la historia de los aranceles es un epítome del patrón que estamos viendo en este gobierno caótico: un patrón de disfunción, ignorancia, incompetencia y traición de la confianza” (3).  Esto, unido a las dudas que está generando la continuidad de EE.UU. en el  TLCAN, ha tensado mucho más las relaciones diplomáticas entre estos dos países como nunca antes se había visto. Ante esto, se han verificado acciones como, el aumento del temor en los mexicanos residentes en EE.UU. que han aumentado las remesas o el boicot a productos estadounidenses en México.
Casi para cerrar la semana, el viernes,  firmó talvez su orden más controvertida de estos diez días: la prohibición de la entrada en EE.UU. a refugiados de “países preocupantes”, una ejecutiva que aparte de ser “islamófoba” era muy imprecisa, ya que abarcaba a ciudadanos legales residentes que habían salido por vacaciones y hasta a personal de vuelo de las aerolíneas. La medida generó un caos total en los aeropuertos, con personas varadas en territorio de nadie. En las calles, la gente salió a protestar y gran cantidad de líderes mundiales expresaron su protesta, incluyendo a May, Merkel o Hollande.  Una jueza admitió a trámite una solicitud para detener las inminentes deportaciones de los que estaban retenidos en las oficinas de aduanas o migraciones de los diferentes aeropuertos y después de 2 días se pudo solucionar el impase. Esta ha sido considerada la primera gran derrota que ha sufrido Trump en su afán de poner en práctica sus polémicas y discutidas propuestas y demuestran la improvisación que hay en ellas al aplicarlas. A tenor de sus medidas contra los refugiados, se ha podido ver que el funcionamiento de las instituciones democráticas americanas será el mayor obstáculo con el que se chocarán muchas de sus políticas agresivas.
En otros sectores, Trump ha conseguido rebajar las tensiones con Rusia, pero ambos no bajan la guardia y aunque quieren unir fuerzas para combatir al islamismo radical, no hay nada en concreto a asuntos como Siria por ejemplo, donde los dos bandos tienen estrategias opuestas o sobre Ucrania, donde la cosa parece que seguirá igual. Por otro lado, las relaciones con la Unión Europea también han decaído, ya que exige que la UE aporte mas a la OTAN, organización que fue creada al amparo de la Guerra Fría y que ahora pretende redireccionarlo hacia la lucha contra el terrorismo yihadista.
 
Si en Sudamérica siempre estamos acostumbrados a ver como los presidentes incumplen sus promesas, Trump ha iniciado dando acción a sus mensajes electorales. Lo que sí se puede prever es que será muy difícil que cumpla con la mayoría de sus promesas. Muchas de ellas son incumplibles. Ya Bill Clinton dijo en 1998 que “cuando uno llega a ser presidente de un país hay otra persona que toma las decisiones, y uno advierte que puede ser un ministro virtual” (4). Obama también encontró oposiciones a muchas de sus políticas, sobre todo de los sectores duros, que no le permitieron por ejemplo, cerrar Guantánamo, una de sus ofrecimientos de campaña  más mediáticos.
Visto así, muchos analistas consideran probable que Trump no culmine su mandato. No debemos menospreciar las manifestaciones que se siguen dando en muchos lugares. Si bien es cierto empezaron disgregadas, ya están cogiendo cierto nivel de organización y apuntan a un programa común. Tampoco es de extrañarse  que dentro de su misma gente se busque separarlo del cargo. No tiene todo el apoyo de su partido, excepto algunos sectores muy conservadores como el Tea Party y nunca fue el candidato preferido del establishment republicano. La solución que buscarían sus detractores sería el impeachment (5) o forzarlo a una renuncia como sucedió con Richard Nixon en 1974, aunque, visto los intereses en juego, no se descarta algo trágico como el año 1963 con John Fitzgerald Kennedy, quien intentó gobernar a su manera, aunque con un estilo muy diferente al de Trump, y los poderes que se ocultan detrás del trono no se lo permitieron.
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